1. Café que te hace palpitar el corazón: Aquí el café es más que una bebida, es una cultura. Los baristas de Melbourne toman su arte muy en serio, así que prepárate para algunos de los mejores cafés del mundo.
2. Arte urbano en cada esquina: Solo camina por las calles y encontrarás una explosión de color en el arte callejero que decora la ciudad. Es como vivir en una galería de arte al aire libre.
3. Eventos deportivos de primera: ¿Amante del deporte? Melbourne es tu paraíso. Desde el Australian Open hasta la Fórmula 1, esta ciudad vive y respira eventos deportivos durante todo el año.
4. Un festín de festivales: Aquí hay un festival para todo: comida, cine, arte, comedia… Si te gusta celebrar la cultura, en Melbourne siempre hay algo en el calendario.
5. Parques y jardines por doquier: Escápate del bullicio urbano en uno de los muchos parques y jardines que te ofrecen un oasis de tranquilidad en medio de la ciudad.
6. Un transporte que es la caña: El sistema de tranvías de Melbourne no solo es icónico, sino también súper práctico. Y lo mejor es que en el centro de la ciudad ¡es gratis!
7. La comida es de otro planeta: Con su mezcla de culturas, aquí te chuparás los dedos con una gastronomía diversa y deliciosa que te lleva de viaje por el mundo en cada bocado.
8. La capital de la moda de Australia: Si te gusta vestir con estilo, Melbourne es tu pasarela. Tiendas chic, boutiques de diseñadores locales y mercados vintage, aquí la moda es cosa seria.
9. La música en vivo mola mogollón: Desde jazz hasta rock, la escena musical de Melbourne está siempre vibrante, con locales en cada barrio donde descubrir tu próxima banda favorita.
10. Una vida nocturna de no parar: Los bares y clubes de Melbourne te ofrecen una vida nocturna diversa y emocionante. Cada noche puede ser una aventura diferente.

1. Tiempo está más loco que una cabra: Si no te mola la idea de vivir las cuatro estaciones en un día, Melbourne te va a sacar de tus casillas. Aquí puedes salir de casa con sol y volver en medio de una tormenta.
2. El costo de la vida puede ser un puñetazo al bolsillo: Especialmente el alquiler. Prepárate para rascarte el bolsillo si quieres vivir en un sitio medianamente céntrico.
3. Los «hook turns» te van a volver loco al volante: Si conduces, los giros a la derecha en las intersecciones del CBD son para echarse a temblar. ¡Necesitarás un máster para entenderlos!
4. La competencia laboral es feroz: Con tanta gente guay queriendo vivir aquí, encontrar un curro decente puede ser estresante, estate listo para pelear por un buen curro aplicando los consejos de nuestro canal de YouTube😉
5. El transporte público está petado en horas punta: Aunque es eficiente, en hora punta te sentirás como una sardina en lata.
6. La vida nocturna está en peligro de extinción: Con las nuevas regulaciones y cierres tempranos, si eres un ave nocturna, quizás te sientas un poco cortado de alas.
7. El café puede ser caro: Sí, es bueno, pero tu adicción al café puede empezar a ser un gasto considerable.
8. La playa no está a la vuelta de la esquina: Si comparas con Sydney, las playas de Melbourne requieren un poco más de esfuerzo para llegar y no son tan espectaculares.
9. La moda y el estilo de vida pueden ser intimidantes: Si no te mola la presión de estar siempre a la última, puede que te sientas un poco fuera de lugar.
10. Los impuestos son altos: Entre los precios y los impuestos, tu sueldo puede que no dé para tanto como esperabas.

Melbourne y su clima son como una ruleta rusa.

Aquí el tiempo es más bipolar que una telenovela: puedes salir de casa con gafas de sol y acabar buscando refugio de una tormenta en menos que canta un gallo. La ciudad es famosa por regalarte las cuatro estaciones en solo 24 horas, así que si te aburre la monotonía, estás en el lugar indicado.

La lluvia aquí no entiende de calendarios, se presenta cuando le da la gana, aunque le tiene un cariño especial a los meses de mayo a octubre. En verano, te asarás con unos 25 grados de media, pero en invierno, los 11 graditos te tendrán pegado al café caliente.

Si eres de España y echas de menos el clima de Madrid, pues Melbourne te va a dar esa sensación de estar en casa, pero con canguros en vez de toros. Aquí, el armario tiene que estar preparado para todo: desde un chaparrón sorpresa hasta un solazo de esos que te obligan a sacar el bikini o los bañadores. Así que ya sabes, en Melbourne la moda es llevar paraguas, abrigo y algo de playa.

En Melbs tienes un combo de autobuses, trenes y tranvías que te llevan de punta a punta sin despeinarte. Y sí, al igual que en Sydney con su Opal Card y en Brisbane con la Go Card, en Melbourne sacamos pecho con nuestra flamante ‘Myki Card’.

Pero agárrate, que viene lo mejor: en el corazón de la city, el tram es más gratis que los abrazos. Así es, puedes subirte y bajarte en el centro sin gastar ni un centavo. ¡Es la pera!

Si te alejas del centro, los precios varían según lo lejos que vayas y si tienes descuento de estudiante, que siempre viene de lujo. Un viajecito puede costarte desde $2 AUD hasta algo más de $4 AUD. Vamos, que por menos de lo que cuesta un café latte, puedes cruzarte la ciudad.

Vamos a hablar de pisos en Melbourne, que el tema tiene tela.

Como en cualquier sitio cool del mundo, vivir cerca del meollo se paga.

Pero tranqui, que hay truquillos para que tu cartera no sufra un desmayo. Si no te importa coger el tram un rato más y alejarte del centro, puedes encontrar precios que no te dejan con la cuenta en números rojos. Y si lo de compartir piso te va, puedes partir gastos y ahorrar un buen pellizco.

Hablemos de números: si quieres estar a tiro de piedra del bullicio, una habitación solo para ti cerca del centro te puede costar desde $260 AUD a la semana. Pero si no te mola tanto estar en el centro de la acción, y prefieres algo más tranqui, puedes encontrar tu santuario personal desde $220 AUD a la semana.

Si no sabes cual elegir, este vídeo quizá te ayuda.